La madurez en materia de ciberseguridad ha dividido el tejido empresarial en dos grupos claramente diferenciados entre sí y separados por una gran distancia. Un 56% de las empresas carece de una estrategia de ciberseguridad bien definida y está lejos de cumplir con el modelo de Organización Digitalmente Protegida, según el ‘Informe sobre madurez digital en España 2020-2021’, centrado en ciberseguridad y elaborado por Minsait y SIA (compañías de Indra) a partir de entrevistas personales con responsables de un centenar de grandes empresas y organismos de España y resto de Europa, así como con algunos de los mayores expertos en ciberseguridad. Esto pone en peligro su viabilidad y su futuro en la era digital, en la que el teletrabajo multiplica el riesgo y el comercio electrónico crece exponencialmente.

Adicionalmente, el documento señala que un 73% de las empresas no cuenta con los mecanismos de incentivos, formación y comunicación precisos para sus profesionales, que faciliten un cambio necesario en la organización en materia de ciberseguridad. Y el 90% de las compañías no ha incorporado perfiles de profesionales especializados en ciberseguridad.

Por otra parte, solo el 22% ha implementado una medida tan importante como la gestión centralizada de identidades, en un momento en que la suplantación de la identidad digital y el robo de contraseñas es uno de los principales vectores de ataque. La falta de protección de las empresas también queda reflejada al comprobar que solo el 55% de las organizaciones se apoya en un Centro de Operaciones de Ciberseguridad, imprescindible para detectar los ataques y poder reaccionar. Todo ello hace imprescindible contar con el apoyo de socios especializados que ofrezcan una visión integral ante los desafíos planteados en un sector hiperespecializado y en continuo cambio.

Esta situación se hace más grave cuando el 90% de los ciberataques utiliza alguna técnica de ingeniería social para romper la primera línea de defensa de las empresas y, durante la pandemia, los ataques de ‘phishing’ se han disparado un 6.000%.

Ante estos hechos, subyace un problema de falta de visión estratégica. «La mitad de las empresas no han incorporado aún la ciberseguridad a sus agendas y le dan un tratamiento meramente táctico, centrándose en la adquisición de herramientas y olvidando aspectos decisivos como son la cultura, los procesos y las personas», explica Luis Álvarez, CEO de SIA.

El informe recomienda que las empresas contemplen la ciberseguridad como parte de su política de buen gobierno. Aunque esta situación está muy lejos de alcanzarse: el 68% aún no cuenta con la figura de un CISO (‘chief information security officer’), como responsable ejecutivo de la seguridad de la información y de su alineamiento con los objetivos de negocio.

Todo ello está provocando que un 82% de las compañías no mantenga actualizados los registros de activos digitales a proteger y un 90% no emplee las técnicas más avanzadas de ciberseguridad, «aspectos imprescindibles para contar con una protección completa, que ponen de relieve el margen de mejora que aún existe».

 

Las excepciones que confirman la regla

Sin embargo, y desmarcándose de esta tendencia, el informe de Minsait y SIA destaca que las empresas de banca, telecomunicaciones y media, seguros y energía sobresalen por su elevado grado de avance, inversión en nuevas tecnologías y búsqueda de respuestas innovadoras a los retos de ciberseguridad. «Las empresas más evolucionadas sí han articulado una visión a largo plazo y apuestan por la ciberseguridad como pilar clave para el crecimiento y sostenibilidad de su negocio. Factor que han sabido convertir además en una palanca para mejorar los servicios que prestan digitalmente a sus clientes», indica.

El informe de madurez digital en ciberseguridad plasma que las empresas tienen conciencia del desafío al que se enfrentan y han realizado un «notable esfuerzo» en el último año. Aunque el dinamismo de las amenazas cibernéticas y la dificultad que entraña su gestión integral a lo largo de toda la cadena de seguridad (algo que requiere un enfoque multidisciplinar) son dos de los grandes obstáculos que frenan el avance. «Del éxito que obtengan depende la protección que precisan para crecer y hacer negocios en la red en los próximos años», afirma el documento.

En las más de 400 páginas del informe, los expertos en ciberseguridad de SIA revisan las mejores prácticas y medidas a tomar para proteger una empresa y adelantan una hoja de ruta que pasa por identificar los riesgos, poner en marcha acciones para protegerlos, determinar una estrategia para detectar ataques, contar con especialistas para poder reaccionar eficazmente y asegurar las capacidades para recuperarse.

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Fuente: Cotizalia

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